Reflejo oculto en sus miradas
ufano el astro los irradia
envueltos por la suave brisa
el calor y el brío los embriaga.
Causa asombros sus destrezas
y el ímpetu por su desdén
de seguir adentro inquietando
y despertar la esencia en su ser.
Entre azahares y jazmines
cual ideal tálamo de amor
susurros y espasmos continuos
era el sitio perfecto para dos.
En uno solo se convirtieron
en la gélida noche que se avecinaba
la oscuridad era fiel testigo
dos cuerpos yertos de placer y amparo.
Habían cesado los torvos plañidos
envueltos de nostalgia por la culminación
querrán repetirlos muchas veces
antes que termine tal ocasión.
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