viernes, 3 de abril de 2020

Pandemia y ajustes de salarios


El coronavirus como epidemia ha puesto en relieve las capacidades que los seres humanos podemos desarrollar en los diferentes escenarios y roles de nuestras vidas. Aún en el encierro, hemos desarrollado capacidades para soportar los espacios, moderar y hasta racionalizar el consumo de alimentos, ayudar a nuestros hijos en ese proceso de enseñanza aprendizaje. En otros ha puesto en evidencia el egoísmo de pensar solo en sí mismos y ver la forma de cómo seguir y salir de la crisis. Hay otro grupo que ha puesto en escena sus mezquindades que alcanzan hasta poner en riesgo la salud de muchos por el simple hecho de no seguir las reglas establecidas.
Una palabra repetida por muchos pero practicada por pocos, como es la solidaridad (para algunos como principios para otros como valor) definida como el apoyo o la adhesión circunstancial a una causa o al interés de otros en situaciones difíciles, hace que muchos nos preguntemos la capacidad que tenemos en practicarla.
Consciente estoy de la lucha que por años ha mantenido el gremio docente de la Universidad de Panamá, para que se hiciera justicia y poder tener un salario justo que es un derecho adquirido de todos los profesores. Derecho que no se pierde y que gracias a Dios hoy, es reconocido.
No obstante, como defensora de nuestros derechos, como profesional sin salario y sin estar afiliada a algún partido político, quiero dejar clara mi postura, acerca del aumento salarial (ajuste) que por derecho tienen los docentes universitarios y que hoy no puedo estar de acuerdo con el pago del mismo, debido que no se puede pasar por alto la grave crisis sanitaria que vive el mundo y que hoy nuestro país enfrenta con fuertes medidas para tratar de proteger la vida (principal bien jurídico tutelado). Un escenario nacional de zozobra porque no tenemos idea hasta cuándo las medidas podrían extenderse, aunado a una crisis social y económica, caracterizada por pérdidas de empleos, licencias, suspensión temporal de contratos; un sector informal, profesional, micros, pequeñas y medianas empresas cuarentenadas por la emergencia, las cuales atraviesan un momento difícil en el cual no están generando ingresos para el sustento familiar y que en todo el engranaje del Estado (central e instituciones autónomas y semiautónomas) los esfuerzos deben dirigirse a contener el gasto y los fondos enfocarse en palear la crisis sanitaria, económica y social que muchas personas enfrentan.  Esto me atrevo a señalarlo –sin ser médico epidemiólogo- porque nuestro país se encuentra en el primer brote de la enfermedad y no tenemos idea de cómo esto avanzará y si estaremos exentos de un segundo o de un tercer brote, si no se logra una vacuna que nos ayude en el control del virus.
Como centro de estudios superiores que resguarda en su esencia valores de solidaridad para con nuestra gente y que siempre ha estado al servicio de la nación a lo largo de su historia, hago un llamado en aras de seguir engrandeciéndonos en valores a favor de nuestro prójimo, que se suspenda el pago de los ajustes salariales a los docentes, debido a la crisis económica que afecta a más de la mitad de la población mientras dure la crisis y una vez levantadas las medidas se proceda en los pagos correspondientes.

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