jueves, 5 de septiembre de 2019

42 años de la firma de los Tratados Torrijos-Carter, por Venicia Chang y José Ulises Lescure (profesores universitarios)edición para periodico


Nuestro nacimiento como República estuvo inmerso dentro de grandes intereses geoestratégicos para los Estados Unidos de América que ya habían comprado, la Compañía francesa con el objeto de construir el Canal. Así, el 6 de noviembre, nos reconocían como Estado independiente y el 18 de noviembre de 1903 se firmaba el Tratado Hay-Bunau Varilla.

Las luchas revisionistas del Tratado de 1903 no cesaron. Tras la Segunda Guerra Mundial, muchos lugares dentro del territorio se convirtieron en sitios de defensa estadounidense, que al finalizar la misma, fueron devueltos al país. Las reivindicaciones nacionalistas (1958 y 1959), por nuestra soberanía, continuaban. El Acuerdo Chiari-Kennedy (1962) logra que se izara nuestra bandera en la Zona del Canal conjuntamente con la de USA. La no aceptación por los zonians, condujo a los acontecimientos del 9, 10 y 11 de enero de 1964 y, que se rompieran relaciones diplomáticas con USA. Estos hechos aunados a una crisis hegemónica, provocaron los acontecimientos generados en octubre de 1968. A partir de la fecha, hay un cambio en la manera de hacer y de ejercer la diplomacia panameña.

El 7 de septiembre de 1977 se firmaban, los Tratados Torrijos-Carter, en donde se estableció fecha límite para la presencia estadounidense en el territorio y, se ponía fin al tratado de 1903. El 1 de octubre de 1979 entraron en vigencia y, a pesar de la aprobación de la Ley 96-70 (concebida, aprobada y aplicada con la mayor mala fe de parte de sus autores), los tratados se cumplieron.

Hay quienes se preguntan si realmente a las áreas revertidas se les dio el mejor uso social posible, si los beneficios que genera el Canal le llegan a todos los panameños o si existe una administración del Canal abierta que le brinde oportunidades de trabajo y crecimiento a más panameños. Aún hay temas pendientes son un reto para el actual gobierno. En materia bilateral, con USA, sigue pendiente la limpieza de los antiguos sitios de defensa que fueron contaminados durante los años de su presencia militar. En el 2017 se destruyeron 8 bombas químicas (entre 500 y 1000 libras) en la Isla San José; quedan alrededor de 3,175 hectáreas contaminadas en el país, según el informe de abril de 2019 de Sáez Escobal publicado en el Confidencial. Los peligros por la contaminación siguen estando.

A 42 años de la firma del Tratado que nos devolvió la soberanía y el mayor activo del Estado, es impostergable que se trabaje en pro de las mayorías del país y no de los sectores privilegiados. Un país con 3.6 millones de habitantes, en donde el 19% de la población vive en hogares multidimensionalmente pobres, según el índice de pobreza multidimensional y que los distritos más pobres, se encuentran en las comarcas; es por ello que las iniciativas y el desarrollo de proyectos que se promuevan y desarrollen deben estar encaminados a promover un modelo inclusivo y sostenible con base a nuestro interés nacional.

A 42 años de la firma de los Tratados Torrijos-Carter por Venicia Chang y José Ulises Lescure (profesores universitarios) sin editar




Nuestro nacimiento como República estuvo inmerso dentro de grandes intereses geoestratégicos para los Estados Unidos de América (como quedó demostrado en esos años con la guerra hispano-cubano-norteamericana y las tesis del almirante Mahan) que ya, para esa fecha, habían adquirido a través de compra, la Compañía del Canal Francés con el objeto de ser ellos los que desarrollaran la mega obra que uniera El Caribe y el Pacífico. Así, el 6 de noviembre, nos reconocían como un Estado independiente y el 18 de noviembre de 1903 se firmaba el Tratado Hay-Bunau Varilla que fue ignominioso y lesivo para los intereses nacionales. Este Tratado y la propia Constitución Política de la República de Panamá de 1904 (Artículo 136) le otorgaba derechos a los Estados Unidos para poder intervenir en cualquier punto del país. Así, se suscitaron una serie de intervenciones militares.
Las luchas revisionistas del Tratado de 1903 no cesaron al igual que el interés de los panameños porque se mejoraran las condiciones pactadas (Tratado Alfaro Kellog y el Tratado Arias-Roosevelt que, de alguna u otra manera, representó una ventaja para nuestro país). Producto del estallido de la Segunda Guerra Mundial, muchos lugares dentro de nuestro territorio se convirtieron en sitios de defensa estadounidense y áreas de experimentación de armas[1], que tras el fin de la misma y por la no renovación de acuerdos ([2]), fueron devueltos al país ([3]). Al finalizar la guerra hubo consecuencias como el inicio de la Guerra Fría (bipolarización del poder), la división de Alemania (Este y Oeste) y el inicio de los procesos de descolonización e independencia, lo que causó en el escenario muchas reclamaciones y reivindicaciones.


Resultado de imagen para tratado remon eisenhowerEse interés revisionista continuaba y, en 1955, el Tratado Remón-Eisenhower ([4]) el  cual, con sus mínimos logros, no pudo satisfacer las demandas de los panameños. Las reivindicaciones egipcias por recuperar el Canal de Suez, despertaron jornadas nacionalistas que se traducirían, entre 1958 y 1959, en las reclamaciones por la lucha de nuestra soberanía dentro de todo el territorio nacional. Con el Acuerdo Chiari-Kennedy (1962) se logra que se izara nuestra bandera en la Zona del Canal conjuntamente con la de los Estados Unidos en 17 lugares. Tal Acuerdo, no reconocido por las autoridades zonians, condujo a los funestos acontecimientos del 9, 10 y 11 de enero de 1964 y que el gobierno panameño rompiera relaciones diplomáticas con el estadounidense. Estos hechos, aunados a los acontecimientos que provocaron una crisis hegemónica (crecimiento económico basado en la sustitución de importaciones, el movimiento popular se radicalizó producto de la situación económica que exigía un salario mínimo de 40 centavos; la clase media y los estudiantes lideraban la lucha por nuestra soberanía en todo nuestro territorio, la incapacidad de la oligarquía de promover reformas necesarias y de buscar la descolonización de la Zona del Canal), provocaron los acontecimientos generados en octubre de 1968, cuando los militares llenaron esa brecha. A partir del 11 de octubre de 1968 ([5]), se toman acciones concretas a través de la negociación y de un cambio rotundo a la manera de hacer y de ejercer la diplomacia panameña. La lucha generacional de todo un pueblo hizo que la atención del mundo mirara hacia nosotros al haber emprendido una lucha diplomática, sin precedentes.

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Luego de un largo proceso de negociación, el 7 de septiembre de 1977 se firmaban en Washington, los Tratados Torrijos-Carter entre el gobierno de la República de Panamá y el de los Estados Unidos de América, en el cual se estableció fecha límite para la presencia estadounidense en el territorio y, de esa manera, poner fin al tratado que ningún panameño firmó. El 1 de octubre de 1979 entraron en vigencia los Tratados, momento histórico que fue celebrado tras más de setenta años de haber vivido como cuasi protectorado y, a pesar de la aprobación a finales de septiembre de 1979 de la Ley 96-70, que fue concebida, aprobada y aplicada con la mayor mala fe de parte de sus autores (porque se violentó el espíritu y la letra de los Tratados Canaleros), el cumplimiento de los tratados (pacta sunt servanda), finalmente se materializó.

Hay quienes se preguntan si realmente a las áreas revertidas se les dio el mejor uso social posible, si los beneficios que genera el Canal le llegan a todos los panameños o si existe una administración del Canal abierta que le brinde oportunidades de trabajo y crecimiento a más panameños.  Aún hay temas pendientes que son reto para el actual gobierno. En materia bilateral con los Estados Unidos, sigue pendiente ([6]) la limpieza de los antiguos sitios de defensa que fueron contaminados durante los años de su presencia militar. A pesar que en el 2013, Obama aceptó descontaminar (parcialmente) la isla de San José, en el 2017 se destruyeron 8 bombas químicas de entre 500 y 1000 libras (de 230 a 450 kilos) (Escobal, 2019); quedan alrededor de 3,175 hectáreas contaminadas en el país, según el informe de abril de 2019 de Sáez Escobal publicado en el Confidencial. Los peligros que la contaminación representa en estas áreas, pone en riesgo muchas vidas, además de los altos costos que conlleva la limpieza de las mismas.

A 42 años de la firma del Tratado que nos devolvió la soberanía en todo nuestro territorio y el mayor activo (bien público) que tiene el Estado, es impostergable que se trabaje en pro de las mayorías del país y no de los sectores privilegiados. Un país con 3.6 millones de habitantes, en donde el 19% de la población vive en hogares multidimensionalmente pobres (2 de cada 10 panameños), según el índice de pobreza multidimensional ([7]) y que los distritos más pobres (7 de 10) se encuentran en las comarcas; es por ello que las iniciativas y el desarrollo de proyectos que se promuevan y desarrollen deben estar encaminados a promover un modelo inclusivo y sostenible con base a nuestro interés nacional.

Bibliografía

Escobal, A. S. (abril de 2019). El Confidencial. Obtenido de https://www.elconfidencial.com/mundo/2019-04-14/panama-el-laboratorio-de-armas-quimicas-estadounidenses_1930566/
Guardia, M. (01 de julio de 2018). Eisenhower y Remón, la historia de una amistad. Eisenhower y Remón, la historia de una amistad. Obtenido de http://laestrella.com.pa/panama/nacional/eisenhower-remon-historia-amistad/24070812
MPPN. (2019). Red de pobreza multidimensional. (MPPN, Productor) Obtenido de MPPN: https://mppn.org/es/pobreza-multidimensional/que-es-el-ipm/
Tack, J. A. (1995). Ilusiones y realidadrs en las negociaciones con los Estados Unidos de América. Panamá, Panamá: Manfer S.A.




[1] Acuerdo de Sitios de Defensa 1942 suscrito entre la República de Panamá y los Estados Unidos de América, con el cual se le arrendaban 71 sitios fuera de la Zona del Canal.

[2] Rechazo del Tratado Filós-Hines de 1947.

[3] La devolución de muchos de los sitios de defensa se realizan con altos grados de contaminación y peligrosidad.

[4] Conocido como el Tratado de Mutuo Entendimiento y Cooperación entre la República de Panamá y Estados Unidos. Panamá logró avanzar su posición con concesiones que había intentado negociar durante mucho tiempo antes. Aumento de la anualidad para Panamá, de $430,000 a $1,930,000 ($1.5 millones adicionales); la construcción de un puente de $27 millones sobre el Canal, pagado por Estados Unidos; la devolución de tierras valoradas en $19,500,000 (entre ellas, Punta Paitilla); igualdad de condiciones para todos los empleados de la Zona del Canal, por lo que se ponía fin al United States Rate y Local Rate (del gold roll y silver roll, abolidos en 1944) 

[5] A pesar de que, para muchos, el General Torrijos fue un dictador; líderes internacionales, presidentes de muchos países, jefes de estado y de gobiernos; reconocieron y aceptaron el gobierno de facto que se había instalado en Panamá a partir de 1969.  Con la internacionalización de la causa panameña en la lucha por la recuperación del Canal, al Estado Panameño se le reconoce su derecho por obtener su soberanía sobre el Canal y la zona canalera.  El mundo apoyó nuestra lucha. Para el 30 de noviembre de 1968, un total de 35 Estados, habían normalizado sus relaciones diplomáticas con el régimen de facto.  Ante este escenario, Omar Torrijos, demostró que él abrigaba una profunda y duradera preocupación por las verdaderas necesidades de su pueblo y de su patria.

[6] El Tratado Torrijos-Carter obliga a Estados Unidos a la limpieza de las áreas.

[7] El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) es una herramienta de medición desarrollada por la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI) aplicado con éxito en varios países, que mide las privaciones del hogar desde una óptica más amplia. El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) identifica múltiples carencias a nivel de los hogares y las personas en los ámbitos de la salud, la educación y el nivel de vida. Una persona que es pobre puede sufrir múltiples desventajas, como tener una mala salud o estar desnutrida, carecer de agua limpia o electricidad, tener un trabajo precario o tener muy poca educación.



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