Este 7 de octubre, la Universidad de Panamá cumplió 87 años de fundación, por
ello, extendemos felicitaciones a toda la comunidad universitaria.
La UP ha sido
una institución en la cual se ha formado la conciencia crítica de esta nación y
que ha dado hasta la fecha 300,000 profesionales que han y siguen contribuyendo
con el desarrollo humano y económico de nuestro país.
Una universidad que a
través de su filosofía y cumpliendo con su misión sigue desarrollando sus
programas anexos con el objeto de que la educación superior llegue a todas las
personas en condiciones de igualdad y de oportunidades.
Una universidad en donde
caben todas las ideas no importa de donde provengan: de la izquierda, de la
derecha, del norte, del sur, lo fundamental es el desarrollo y confronte del
think tank.
Una universidad resiliente que superó una pandemia contra viento y
marea, sin los recursos económicos apropiados lo que marca ese carácter de
vanguardia que a lo largo de los años y a pesar de los detractores, sigue
manteniendo.
Una universidad que cree en la superación de todo su personal
dentro de los tres estamentos que tiene (estudiantes-profesores-administrativos)
para que en ese trabajo sinérgico que se desarrolla en beneficio y para obtener
los mejores resultados en el proceso ENSEÑANZA-APRENDIZAJE.
Una universidad que
sigue marcando un antes y un después para beneficio del Estado panameño. Una
universidad que sigue creciendo que sigue abordando los temas de realidad
relacional y con experiencia e innovación para toda la sociedad y que se refleja
a través de los programas de extensión universitaria que cada día se llevan a
cabo.
Una universidad que a pesar de los recortes presupuestarios (que afectan
grande y hondamente) nuestra misión de enseñar y que en hogaño se convierte en
el gran reto por la alta matrícula y los pocos recursos, le toca asumir.
Una
universidad del pueblo para el pueblo y por el pueblo que en los años de
pandemia les dio la oportunidad a todos y todas los panameños y panameñas a
pesar de las crisis económicas en muchos hogares que siguieran los estudios sin
cobrar un Balboa/dólar.
Una universidad en la cual la matrícula sigue siendo
simbólica porque es empática con la sociedad y porque cree y pone en ejecución
lo que señalan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de no dejar a nadie
atrás.
Una universidad comprometida con todo y con todas por un Panamá mejor.
¡Felicidades a la Casa de Méndez Pereira!
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