Nuestro nacimiento como República estuvo inmerso dentro de grandes intereses geoestratégicos para los Estados Unidos de América (como quedó demostrado en esos años con la guerra hispano-cubano-norteamericana y las tesis del almirante Mahan) que ya, para esa fecha, habían adquirido a través de compra, la Compañía del Canal Francés con el objeto de ser ellos los que desarrollaran la mega obra que uniera El Caribe y el Pacífico. Así, el 6 de noviembre, nos reconocían como un Estado independiente y el 18 de noviembre de 1903 se firmaba el Tratado Hay-Bunau Varilla que fue ignominioso y lesivo para los intereses nacionales. Este Tratado y la propia Constitución Política de la República de Panamá de 1904 (Artículo 136) le otorgaba derechos a los Estados Unidos para poder intervenir en cualquier punto del país. Así, se suscitaron una serie de intervenciones militares.
Las luchas
revisionistas del Tratado de 1903 no cesaron al igual que el interés de los
panameños porque se mejoraran las condiciones pactadas (Tratado Alfaro Kellog y
el Tratado Arias-Roosevelt que, de alguna u otra manera, representó una ventaja
para nuestro país). Producto del estallido de la Segunda Guerra Mundial, muchos
lugares dentro de nuestro territorio se convirtieron en sitios de defensa
estadounidense y áreas de experimentación de armas[1],
que tras el fin de la misma y por la no renovación de acuerdos ([2]),
fueron devueltos al país ([3]).
Al finalizar la guerra hubo consecuencias como el inicio de la Guerra
Fría (bipolarización del poder), la división de Alemania (Este y Oeste) y el
inicio de los procesos de descolonización e independencia, lo que causó en el
escenario muchas reclamaciones y reivindicaciones.
Ese interés
revisionista continuaba y, en 1955, el Tratado Remón-Eisenhower ([4])
el cual, con sus mínimos logros, no pudo satisfacer las demandas de los
panameños. Las reivindicaciones egipcias por recuperar el Canal de Suez, despertaron jornadas nacionalistas que se traducirían, entre 1958 y
1959, en las reclamaciones por la lucha de nuestra soberanía
dentro de todo el territorio nacional. Con el Acuerdo Chiari-Kennedy (1962) se logra
que se izara nuestra bandera en la Zona del Canal conjuntamente con la de los
Estados Unidos en 17 lugares. Tal Acuerdo, no reconocido por
las autoridades zonians, condujo a los funestos acontecimientos del 9, 10 y 11
de enero de 1964 y que el gobierno panameño rompiera relaciones diplomáticas
con el estadounidense. Estos hechos, aunados a los acontecimientos que
provocaron una crisis hegemónica (crecimiento económico basado en la
sustitución de importaciones, el movimiento popular se radicalizó producto de la
situación económica que exigía un salario mínimo de 40 centavos; la clase
media y los estudiantes lideraban la lucha por nuestra soberanía en todo
nuestro territorio, la incapacidad de la oligarquía de promover reformas
necesarias y de buscar la descolonización de la Zona del Canal), provocaron los
acontecimientos generados en octubre de 1968, cuando los militares llenaron esa
brecha. A partir del 11 de octubre de
1968 ([5]),
se toman acciones concretas a través de la negociación y de un cambio rotundo a
la manera de hacer y de ejercer la diplomacia panameña. La lucha generacional
de todo un pueblo hizo que la atención del mundo mirara hacia nosotros al
haber emprendido una lucha diplomática, sin precedentes.
Luego de un largo
proceso de negociación, el 7 de septiembre de 1977 se firmaban en Washington,
los Tratados Torrijos-Carter entre el gobierno de la República de Panamá y el
de los Estados Unidos de América, en el cual se estableció fecha límite para la
presencia estadounidense en el territorio y, de esa manera, poner fin al tratado
que ningún panameño firmó. El 1 de octubre de 1979 entraron en vigencia los
Tratados, momento histórico que fue celebrado tras más de setenta años de haber vivido como cuasi protectorado y, a pesar de la aprobación a finales de
septiembre de 1979 de la Ley 96-70, que fue concebida, aprobada y aplicada con
la mayor mala fe de parte de sus autores (porque se violentó el espíritu y la
letra de los Tratados Canaleros), el cumplimiento de los tratados (pacta sunt servanda), finalmente se materializó.
Hay quienes se preguntan si realmente a las áreas revertidas se les dio el mejor uso social
posible, si los beneficios que genera el Canal le llegan a todos los panameños
o si existe una administración del Canal abierta que le brinde oportunidades de
trabajo y crecimiento a más panameños. Aún
hay temas pendientes que son reto para el actual gobierno. En
materia bilateral con los Estados Unidos, sigue pendiente ([6])
la limpieza de los antiguos sitios de defensa que fueron contaminados durante
los años de su presencia militar. A pesar que en el 2013, Obama aceptó
descontaminar (parcialmente) la isla de San José, en el 2017 se destruyeron 8
bombas químicas de entre 500 y 1000 libras (de 230 a 450 kilos) (Escobal,
2019);
quedan alrededor de 3,175 hectáreas contaminadas en el país, según el informe de abril de
2019 de Sáez Escobal publicado en el Confidencial. Los peligros que la
contaminación representa en estas áreas, pone en riesgo muchas vidas, además de
los altos costos que conlleva la limpieza de las mismas.
A 42 años de la
firma del Tratado que nos devolvió la soberanía en todo nuestro territorio y el
mayor activo (bien público) que tiene el Estado, es impostergable que se
trabaje en pro de las mayorías del país y no de los sectores privilegiados. Un
país con 3.6 millones de habitantes, en donde el 19% de la población vive en
hogares multidimensionalmente pobres (2 de cada 10 panameños), según el índice
de pobreza multidimensional ([7])
y que los distritos más pobres (7 de 10) se encuentran en las comarcas; es por ello
que las iniciativas y el desarrollo de proyectos que se promuevan y desarrollen
deben estar encaminados a promover un modelo inclusivo y sostenible con base a nuestro interés nacional.
Bibliografía
Escobal, A. S. (abril de 2019). El Confidencial. Obtenido de
https://www.elconfidencial.com/mundo/2019-04-14/panama-el-laboratorio-de-armas-quimicas-estadounidenses_1930566/
Guardia, M. (01 de julio de 2018). Eisenhower y Remón, la
historia de una amistad. Eisenhower y Remón, la historia de una amistad.
Obtenido de
http://laestrella.com.pa/panama/nacional/eisenhower-remon-historia-amistad/24070812
MPPN. (2019). Red de pobreza multidimensional.
(MPPN, Productor) Obtenido de MPPN: https://mppn.org/es/pobreza-multidimensional/que-es-el-ipm/
Tack, J. A. (1995). Ilusiones y realidadrs en las
negociaciones con los Estados Unidos de América. Panamá, Panamá: Manfer
S.A.
[1] Acuerdo de Sitios de Defensa 1942 suscrito entre la
República de Panamá y los Estados Unidos de América, con el cual se le
arrendaban 71 sitios fuera de la Zona del Canal.
[2] Rechazo del Tratado Filós-Hines de 1947.
[3] La devolución de muchos de los sitios de defensa se realizan con altos
grados de contaminación y peligrosidad.
[4] Conocido como el Tratado de Mutuo Entendimiento y Cooperación entre la
República de Panamá y Estados Unidos. Panamá logró avanzar su posición con
concesiones que había intentado negociar durante mucho tiempo antes. Aumento de
la anualidad para Panamá, de $430,000 a $1,930,000 ($1.5 millones adicionales);
la construcción de un puente de $27 millones sobre el Canal, pagado por Estados
Unidos; la devolución de tierras valoradas en $19,500,000 (entre ellas, Punta
Paitilla); igualdad de condiciones para todos los empleados de la Zona del
Canal, por lo que se ponía fin al United States Rate y Local Rate (del gold
roll y silver roll, abolidos en 1944)
[5] A pesar de que, para
muchos, el General Torrijos fue un dictador; líderes internacionales,
presidentes de muchos países, jefes de estado y de gobiernos; reconocieron y
aceptaron el gobierno de facto que se había instalado en Panamá a partir de
1969. Con la internacionalización de la
causa panameña en la lucha por la recuperación del Canal, al Estado Panameño se
le reconoce su derecho por obtener su soberanía sobre el Canal y la zona
canalera. El mundo apoyó nuestra lucha.
Para el 30 de noviembre de 1968, un total de 35 Estados, habían normalizado sus
relaciones diplomáticas con el régimen de facto. Ante este escenario, Omar Torrijos, demostró que él abrigaba una profunda y duradera preocupación por las
verdaderas necesidades de su pueblo y de su patria.
[6] El Tratado Torrijos-Carter obliga a Estados Unidos a la limpieza de las
áreas.
[7] El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM)
es una herramienta de medición desarrollada por la Iniciativa de Pobreza y
Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI) aplicado con éxito en
varios países, que mide las privaciones del hogar desde una óptica más amplia. El Índice de Pobreza
Multidimensional (IPM) identifica múltiples carencias a nivel de los hogares y
las personas en los ámbitos de la salud, la educación y el nivel de vida. Una persona que es pobre puede sufrir múltiples desventajas, como tener
una mala salud o estar desnutrida, carecer de agua limpia o electricidad, tener
un trabajo precario o tener muy poca educación.