sábado, 15 de agosto de 2020

Panamá: una ciudad resiliente Por Venicia Chang

 

Rodrigo Galván de Bastidas visitó por primera vez el Istmo en el año 1501 y tiempo después, en 1502 fue visitado por Cristóbal Colón. Ambos españoles, y así se producía el encuentro (mal llamado descubrimiento) y la posterior colonización por parte de los recién llegados europeos a los territorios de las Indias (posteriormente denominada América), convirtiéndose nuestra tierra  en el centro de la mayoría de las expediciones y exploraciones que zarparon hacia Centro y Sur América.

Panamá, como centro de las actividades que desarrolló España, fue testigo, para que en el año 1513, el rey Fernando de Aragón, designara como gobernador y capitán general de Castilla del Oro a Pedro Arias Dávila, emprendiéndose el mismo año la expedición dirigida por Vasco Núñez de Balboa, que conduciría a que él, se convirtiera en el  primer europeo en  divisar -el 25 de septiembre-, una masa de agua y que en nombre de la corona española, le denominó Mar del Sur, hoy día el Océano Pacífico. En noviembre de 1515, Antonio Tello de Guzmán, encontró el camino que conectaba el Golfo de Panamá hacia Portobelo, pasando por Nombre de Dios. Incidentalmente, en la costa del Sur, encontraría un villorrio (cacicazgo) al que los indígenas (hoy originarios) denominaban Panamá (en la cual hoy día existen evidencias arqueológicas sobre la existencia de los mismos). Panamá significaba para algunos abundancia de peces y de mariposas, para otros, abundancia de un árbol al que denominaban Panamá. Este territorio sería el sitio que a partir del 15 de agosto de 1519, albergaría a la Ciudad de Panamá, denominada también la Reina del Pacífico, que era la capital del reino de Tierra Firme. Era una majestuosa ciudad en las tierras americanas (después de México y Lima). Tuvo casas particulares y establecimientos comerciales, plazas, calles, seis conventos (Santo Domingo, San Agustín, La Merced, San Francisco, la Compañía de Jesús y las Monjas de la Concepción).Existía además un hospital, dos ermitas (San Cristóbal y Santa Ana) y una bella catedral y recibió mediante Real Cédula el título de Ciudad y un Escudo de Armas conferido por el Rey Carlos V de España. Aunado a ello, el punto de partida, sirvió a los intereses de la corona con el objeto de seguir conquistando otras tierras.

 

El monopolio comercial que mantenía la Corona Española con sus territorios de ultramar, provocó que Inglaterra, Francia y Holanda, financiaran a piratas y corsarios (concediéndoles patentes de corso). Así, España iniciaría las fortificaciones para la defensa de sus territorios. La bella Reina del Pacífico fue atacada y tomada por casi un mes por el pirata Enrique Morgan, en el año 1671. La misma fue incendiada y la hermosa ciudad, quedó devastada. El 21 de enero de 1673, por orden de la metrópolis, el gobernador del Istmo Antonio Fernández de Córdoba y Mendoza, trasladó la vieja ciudad al lugar que aún hoy, ocupa.

Conmemoramos los 501 años de fundación de la Ciudad de Panamá. Una historia con encuentros y desencuentros. La historia de las personas que a lo largo del desarrollo como sociedad, como grupo, como familia, etc., han sido impactadas debido a los eventos surgidos y desarrollados y que en la mayoría de los casos, han llevado a un proceso de reflexión. Dicho esto, es propicia la ocasión definir qué es la resiliencia? La misma definida como la capacidad de sobreponernos a los momentos críticos y adaptarnos luego de experimentar el momento inesperado; es decir, volver a la normalidad. Es saber afrontar las adversidades con valentía y adaptarnos o sobreponernos con normalidad y flexibilidad para fortalecernos del momento traumático vivido. La resiliencia distingue dos componentes: la resistencia frente a la destrucción, es decir, la capacidad de proteger la propia integridad, bajo presión y, por otra parte, más allá de la resistencia, la capacidad de forjar un comportamiento vital positivo pese a las circunstancias difíciles (Humana, 2018). Es que esa capacidad de resistir a los momentos difíciles que hemos vivido a lo largo de nuestra historiografía desde los momentos mismos del mal llamado descubrimiento y la posterior colonización, sembraban la resistencia de los grupos por sobrevivir y por guardar el legado cultural ancestral, es decir, una respuesta resiliente frente al infortunio.

Es que esa respuesta resiliente frente al infortunio, se manifestó de muchas maneras, desde la resistencia de nuestros originarios, de los negros cimarrones, en nuestras luchas primero por obtener la independencia de España, luego de Colombia y todo lo que significó, quedar bajo la égida estadounidense y el reclamo de nuestra soberanía en todo nuestro territorio. Esa capacidad de resistencia del panameño en la lucha por nuestros derechos, no cesa. En septiembre de 2015, fue lanzada la Agenda Global de Desarrollo Sostenible para el Desarrollo (ODS) con una serie de objetivos (17) y con metas para cumplir de manera local, nacional, regional y global.  Nuestra Ciudad de Panamá, se abocó  a través de las autoridades municipales al desarrollo del Marco Conceptual de Resiliencia Urbana (CRF) –desarrollado por la Rockefeller Foundation-   con el objeto de promover un cambio de perspectiva en la gestión de los sistemas urbanos (resiliencia urbana) y de facilitar la construcción de ciudades más resilientes (objetivo de desarrollo #11) teniendo en consideración que más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y es de esperar que continúe esa tendencia migratoria. De aquí a 2050, más de dos tercios de la población mundial residirá en centros urbanos (ONU, 2020). Un ODS que busca lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, en donde la sinergia y desarrollo integral con otros de los objetivos (3 garantizar una vida sana, 7 garantizar el acceso a la energía para todos, 8 crecimiento económico), contribuirán primero al combate y lucha de enfermedades no transmisibles (porque promueve la existencia de espacios verdes, seguros, cómodos, atractivos, inclusivos y accesibles para la ejercitación física de las personas en las ciudades y ello ayuda a reducir los riesgos de enfermedades), a la vez que promueve la realización de actividades económicas por grupos vulnerables.

Nuestra Ciudad de Panamá, se aboca en este escenario (de la resiliencia) en una estructura integral que se compone de áreas de la resiliencia urbana (salud y bienestar, economía y sociedad, infraestructura y medioambiente, liderazgo y estrategia); en donde observamos las falta de liderazgo debido a las acciones –unipersonales- que en antaño y en ogaño se han tomado, -tal vez de manera política- ocasionando graves daños al patrimonio económico de los que habitamos la Ciudad. Afectados en el presente por el COVID 19 –declarado pandemia- que ha afectado nuestros estilos de vida, con un fuerte golpe a la economía mundial, un entorno de miedo, aumentado de manera drástica el número de vulnerables por ser vulnerados y sin tener y/o gozar de la disponibilidad y el acceso a los recursos, vemos en las autoridades locales muy poca reserva (habilidad) como precursores de la resiliencia[1].

Hoy todos por una mejor ciudad y por un mejor país, debemos enfrentar la situación con resiliencia y la misma debe tratarse con responsabilidad social.

 

Referencias

Casaus, M. A. (2018). Universidad de Alicante. (U. R. Científiques, Productor) Recuperado el 14 de agosto de 2020, de https://revistaobets.ua.es/article/view/2018-v13-ex1-deconstruyendo-la-resiliencia-urbana

Humana, Á. (2018). Área Humana. Recuperado el 4 de agosto de 2020, de https://www.areahumana.es/resiliencia/

ONU. (2020). Crónica ONU. Recuperado el 14 de gosto de 2020, de https://www.un.org/es/chronicle/article/objetivo-11-las-ciudades-desempenaran-un-papel-importante-en-la-consecucion-de-los-objetivos-de

Yapur, A. F. (24 de abril de 2020). Universidad Panamericana. Recuperado el 14 de gosto de 2020, de https://blog.up.edu.mx/tiempos-de-coronavirus-la-resiliencia-como-responsabilidad-social

 

 



[1] Entiéndase poca reserva como precursores de la resiliencia: una capacidad para sobrellevar retos superiores al tamaño de los retos que normalmente afrontamos. La habilidad de aumentar la capacidad para afrontar las situaciones forman parte de esa reserva y aunque no se aumente la disponibilidad y el acceso, se cuenta con esa habilidad en caso de ser necesaria. Juega papel muy importante el liderazgo.

viernes, 3 de abril de 2020

Pandemia y ajustes de salarios


El coronavirus como epidemia ha puesto en relieve las capacidades que los seres humanos podemos desarrollar en los diferentes escenarios y roles de nuestras vidas. Aún en el encierro, hemos desarrollado capacidades para soportar los espacios, moderar y hasta racionalizar el consumo de alimentos, ayudar a nuestros hijos en ese proceso de enseñanza aprendizaje. En otros ha puesto en evidencia el egoísmo de pensar solo en sí mismos y ver la forma de cómo seguir y salir de la crisis. Hay otro grupo que ha puesto en escena sus mezquindades que alcanzan hasta poner en riesgo la salud de muchos por el simple hecho de no seguir las reglas establecidas.
Una palabra repetida por muchos pero practicada por pocos, como es la solidaridad (para algunos como principios para otros como valor) definida como el apoyo o la adhesión circunstancial a una causa o al interés de otros en situaciones difíciles, hace que muchos nos preguntemos la capacidad que tenemos en practicarla.
Consciente estoy de la lucha que por años ha mantenido el gremio docente de la Universidad de Panamá, para que se hiciera justicia y poder tener un salario justo que es un derecho adquirido de todos los profesores. Derecho que no se pierde y que gracias a Dios hoy, es reconocido.
No obstante, como defensora de nuestros derechos, como profesional sin salario y sin estar afiliada a algún partido político, quiero dejar clara mi postura, acerca del aumento salarial (ajuste) que por derecho tienen los docentes universitarios y que hoy no puedo estar de acuerdo con el pago del mismo, debido que no se puede pasar por alto la grave crisis sanitaria que vive el mundo y que hoy nuestro país enfrenta con fuertes medidas para tratar de proteger la vida (principal bien jurídico tutelado). Un escenario nacional de zozobra porque no tenemos idea hasta cuándo las medidas podrían extenderse, aunado a una crisis social y económica, caracterizada por pérdidas de empleos, licencias, suspensión temporal de contratos; un sector informal, profesional, micros, pequeñas y medianas empresas cuarentenadas por la emergencia, las cuales atraviesan un momento difícil en el cual no están generando ingresos para el sustento familiar y que en todo el engranaje del Estado (central e instituciones autónomas y semiautónomas) los esfuerzos deben dirigirse a contener el gasto y los fondos enfocarse en palear la crisis sanitaria, económica y social que muchas personas enfrentan.  Esto me atrevo a señalarlo –sin ser médico epidemiólogo- porque nuestro país se encuentra en el primer brote de la enfermedad y no tenemos idea de cómo esto avanzará y si estaremos exentos de un segundo o de un tercer brote, si no se logra una vacuna que nos ayude en el control del virus.
Como centro de estudios superiores que resguarda en su esencia valores de solidaridad para con nuestra gente y que siempre ha estado al servicio de la nación a lo largo de su historia, hago un llamado en aras de seguir engrandeciéndonos en valores a favor de nuestro prójimo, que se suspenda el pago de los ajustes salariales a los docentes, debido a la crisis económica que afecta a más de la mitad de la población mientras dure la crisis y una vez levantadas las medidas se proceda en los pagos correspondientes.

domingo, 8 de marzo de 2020

8M Día Internacional de la Mujer, por Venicia Chang


La mujer presente en todas las etapas del desarrollo de la historia, ha desempeñado diversos roles en la búsqueda incansable de los espacios necesarios para empoderarnos y alcanzar trato con igualdad.

Las reivindicaciones de las mujeres durante el siglo XX, iniciaban el 3 de mayo de 1908 en el Teatro Garrick (Chicago) cuando con se desarrolló un acto alusivo al Día de la Mujer. Para el 28 de febrero de 1909, en Nueva York, 15,000 mujeres, pertenecientes a grupos socialistas, protestaban para conmemorar la primera celebración por el Día Nacional de la Mujer y de esa manera rendir tributo a las huelguistas textiles que el año anterior se manifestaron para exigir mejoras a las condiciones de trabajo y de salarios, la reducción de las jornadas laborales, y la exigencia del derecho al voto. Para ese mismo año, en noviembre, 20,000 mujeres se levantaban en Nueva York y se declaraban en huelga (conocida como la Huelga de las Camiseras). Para 1910, Clara Zetkin (mujer, política, socialista, alemana de origen judío), durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague y a su solicitud, se proclamaba el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer y en ese escenario se promovía la igualdad de derechos y el derecho de la mujer al sufragio. Así se iniciaba el proceso a que las mujeres tuvieran el derecho formal de acceso a la educación superior en igualdad de condiciones que el hombre (como fue el caso de España y otros países a partir del 8 de marzo de 1910). El 11 de marzo de 1911, se celebró por primera vez la conmemoración por el Día Internacional de la Mujer (Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza). No culminaban las actividades de celebración por el aniversario, cuando días después, el 25 de marzo de ese mismo año, morían 123 jóvenes trabajadoras y 23 trabajadores producto de un incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist en New York, lo que ocasionó cambios en la legislación laboral en los Estados Unidos de América y la toma de conciencia sobre los abusos, que dio lugar para que países como Rusia (1913), Alemania y Suecia (1914), China (1922) y España (1936), establecieran de manera oficial la celebración del Día Internacional de la Mujer. El 8 de marzo fue instituido por las Naciones Unidas, en 1975 como el Día Internacional de la Mujer para conmemorar la lucha por la igualdad, la participación y el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad. 

En la Cumbre de Desarrollo Sostenible celebrada del 25 al 27 de septiembre de 2015, en la sede de las NU, 193 Estados miembros proclamaron la Agenda sobre Desarrollo Sostenible, conocida como La Agenda 2030 (A2030) de desarrollo humano y desarrollo sostenible y con la vocación de construir un modelo de desarrollo que garantice el bienestar de las personas y la sostenibilidad del planeta. Se abordan temas como el cambio climático, la desigualdad, la pobreza, el cuidado del planeta, entre otros, que las anteriores les dieron   poco aprecio o que simplemente no consideraron y será la guía de referencia y de trabajo para los próximos 15 años (2015-2030) (CEPAL, 2016). Se establece como el ODS 5 lograr la igualdad de género y emponderar a todas las mujeres y las niñas, a la vez que establece entre sus metas poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo y eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación.

Siguiendo este orden de ideas, de empoderamiento e igualdad de derechos,  a 110 años de haberse autorizado de manera formal el acceso de las mujeres a las universidades, en nuestra alma mater, la Universidad de Panamá, podemos encontrar según los Indicadores de Gestión Académica y Administrativa que para el primer semestre del año académico 2016-2017, la oferta académica en carreras de pregrados y grado (licenciaturas 110/116, técnicas 47/51, profesorados 2/2) fue de 169 carreras y en los programas de postgrado (cursos especiales 6/4, programas de especialización 11/10, programa de maestría 110/117, doctorados 9/8; con una matrícula total de pregrado y grado para el 2016 de 58,189 de los cuales 20,485 (32.2%) eran hombres y 37,704 (64.8%) mujeres y para el 2017 la matrícula total de pregrado y grado fue de 63,091 de los cuales 22,392 (35.5%) eran hombres y 40.699 (64.5%) mujeres. En la matrícula de postgrado el total fue para el 2016 de 2,434 de los cuales 742 (30.5%) eran hombres y 1,692 (69.5%) mujeres. Para el año 2017, la matrícula total fue de 3,317 de los cuales 935 (28.2%) hombres y 2,382 (71.8%) mujeres (Panamá, 2018).

Por otro lado, en el último informe Clara González del Instituto Nacional de la Mujer (INAMU), señalaa que para el año 2016, se resalta el papel de la mujer en el mercado laboral, donde hay 474,699 mujeres insertadas, ocupando el 41% de las plazas, una cifra inferior a la de los hombres que ocuparon para ese año el 59% del mercado laboral, a la vez que señalaba que era la mujer la que llevaba la carga administrativa de los hogares y que los pueblos indígenas son las áreas en donde se concentran la mayor cantidad de personas pobres y en donde se afecta principalmente a la mujer (MIDES, 2019).

 En lo relativo a la violencia contra la mujer, vemos en ejemplos precisos como es el caso de México y Panamá, la alarma debido al aumento exponencial del femicidio, para algunas legislaciones y de feminicidio, para otras. Más que el dilema que pueda representar el uso de estos conceptos, es importante dejar claro que el feminicidio fue acuñado por la antropóloga mexicana Marcela Lagarde de los Ríos, a partir de la palabra inglesa femicide. De acuerdo a la sentencia del Caso González y otras (Campo Algodonero) vs México la Corte Interamericana de Derechos Humanos (COIDH) en relación a la realidad de los hechos en Ciudad Juárez alegaron que las víctimas eran mujeres jóvenes de 15 a 25 años de edad, estudiantes o trabajadoras de máquinas o de tiendas u otras empresas locales, y que algunas vivían en Ciudad Juárez desde hacía relativamente poco tiempo. Que un número considerable de los homicidios presentaron signos de violencia sexual y que presentan una serie de factores en común: las mujeres fueron secuestradas y mantenidas en cautiverio; sus familiares denunciaron su desaparición; sus cadáveres fueron encontrados en terrenos baldíos con signos de violencia, incluyendo violación u otros tipos de abusos sexuales, tortura y mutilaciones. Estos alegatos (Sentencia de la Corte Interamericana de 16 noviembre 2009), el feminicidio “es el homicidio de una mujer por razones de género”. La RAE lo define “como el asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia”. Feminicidio es la máxima expresión de violencia contra las mujeres. Va más allá que el femicidio, desde la muerte violenta de la mujer por distintas razones; por pertenencia de género, por violencia doméstica y por delitos sexuales atroces. El femicidio  solamente se refiere a la privación de la vida a la mujer por su pertenencia de género.

La Ley 82 de 24 de octubre de 2013, en Panamá, tipifica el delito de femicidio y la violencia contra las mujeres. Ley que aborda aspectos relativos a la violencia y señala las medidas de prevención contra la violencia en las mujeres, a la vez que reformó el Código Penal para tipificar el femicidio y sancionar los hechos de violencia contra la mujer: se garantiza el derecho de la mujer de cualquier edad a una vida libre de violencia y proteger a las víctimas de la violencia. En Panamá, por ejemplo, según el Ministerio Público, en el 2019 se registraron los homicidios de 50 mujeres. La cifra de femicidios reportadas en enero de 2019, fue de 2 femicidios y para enero del 2020 fue de 9 femicidios, con una variación porcentual 2019-2020 de 350% (PGN, 2020).

El Código Penal Federal de México incluyó el feminicidio (artículo 325) en el año 2012 y la pena para castigarlo es de 40 a 65 años de cárcel. El caso de México es mucho más complicado, los feminicidios se encuentran de 7 a 10.5 según la Oficina de Derechos Humanos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU.DH). Según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) de 2015-2019 se cometieron 15,804 asesinatos de mujeres de las cuales 3,751 (23.7%) se investigaron como feminicidios. En 2019 fueron asesinadas 3,825 mujeres de los cuales 1,006 casos son investigados como feminicidios. En lo relativo a la desaparición de niñas y mujeres, según la información suministrada por las Fiscalías y las Procuradurías estatales de 9 Estados del país, en 2019 desaparecieron 7,654 mujeres y niñas de las cuales 5,533 fueron localizadas vivas, 85 localizadas sin vida y 2,043 siguen sin ser localizadas (Xantomila, 2020). Los feminicidios reportados en México en los últimos 5 años: 2015/411, 2016/602, 2017/741, 2018/891 y 2019/976 (Islas, 2020).

En México la ola creciente de feminicidios en los primeros meses de este año, ha movido a muchos grupos que han convocado para este 9 de marzo, un día después del Dia Internacional de la Mujer, #UnDíaSinMujeres, en donde el llamado es que no se salga a trabajar ni a las calles ni de compras ni a las escuelas y que se apoyen las diversas protestas que se tienen convocadas debido a la violencia de género y que nos vistamos de morado para exigir a las autoridades que se nos cuide y que establezcan políticas públicas concretas para que nos brinden protección.

Queda mucho trabajo y esfuerzo por parte de las autoridades para resguardar nuestros derechos y brindarnos protección con verdaderas políticas de Estado (y no de gobierno) que redunden en nuestro bienestar y por parte de la sociedad en general en desarrollar verdaderas sinergias de trabajo y de esa manera poder alcanzar las metas que se han fijado para el 2030.

Referencias

Ávila, C. (8 de febrero de 2020). Conoce el desenlace de las 12 muertes violentas de mujeres en el 2020 en Panamá. Mi Diario. Recuperado el 6 de marzo de 2020, de https://www.midiario.com/policiales/conoce-el-desenlace-de-las-12-muertes-violentas-de-mujeres-en-el-2020-en-panama/
CEPAL, U. N. (2016). Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Una Oportunidad para América Latina y el Caribe. CEPAL, Santiago. Recuperado el 1 de agosto de 2018, de http://www.sela.org/media/2262361/agenda-2030-y-los-objetivos-de-desarrollo-sostenible.pdf
Gordón, I. (24 de noviembre de 2019). Femicidio o feminicidio, ¿cuál es el término correcto? La Estrella de Panamá. Recuperado el 6 de marzo de 2020, de https://www.laestrella.com.pa/nacional/191124/femicidio-feminicidio-termino-correcto
Islas, L. (24 de febrero de 2020). Unión Guanajuato. Recuperado el 6 de marzo de 2020, de https://www.unionguanajuato.mx/articulo/2020/02/24/cultura/feminicidio-mexico-11-datos-clave-de-la-violencia-contra-mujeres
MIDES. (1 de noviembre de 2019). Ministerio de Desarrollo Social. Recuperado el 6 de marzo de 2020, de https://www.mides.gob.pa/presentan-informe-sobre-la-situacion-de-la-mujer-en-panama/
Mujeres, O. (2020). ONU Mujeres. Recuperado el 6 de marzo de 2020, de https://www.unwomen.org/es/news/in-focus/women-and-the-sdgs
Panamá, U. d. (mayo de 2018). Recuperado el 6 de marzo de 2020, de http://consulta.up.ac.pa/ftp/2010/d_planificacion/documentos/IndicadoresGestionAcademicayAdministrativa.pdf
PGN. (enero de 2020). Ministerio Público. Recuperado el 6 de marzo de 2020, de https://ministeriopublico.gob.pa/wp-content/uploads/2020/02/Informe-Estad%C3%ADstico-V%C3%ADctimas-de-Femicidio-a-Nivel-Nacional-Enero-2020.pdf
Xantomila, J. (5 de marzo de 2020). ONU: Feminicidios en México crecieron diariamente de 7 a 10 en tres años. (L. Jornada, Ed.) La Jornada. Recuperado el 6 de marzo de 2020


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