Un
inmenso océano cruzaron
el
encuentro de mundos desconocidos, se dio
se
fusionaron las culturas en nuestra tierra
y
se inició la colonización.
De
lejanas tierras procedían, con el afán de emprender
la
empresa de la conquista y así poder establecer
un
hogar cálido que les permitiera arraigarse
y
a evangelizar con su fe.
El
día de todos los Santos, se fundaba
y
con los años se convirtió
en
un pueblo aguerrido con ansias de libertad
que
gritó tan fuerte y se hizo escuchar
en
recónditos lugares la Heroica Ciudad
por
ser la primera en el istmo que no quiso continuar
viviendo
los embates que el yugo significó
y
que a pesar de los años transcurridos
resguarda
esa grandeza que podemos encontrar
en
cada rincón del pueblo por donde tengas que caminar
y
que sigue siendo fiel testigo de las luchas que no terminarán.
Hoy
celebro con vítores y elocuencia
la
fiesta por la fundación
que
a orillas de un río milenario
nos
inunda en bendición.
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