Perenne agonía.
La brisa envolvente,
llegó invierno.
Mayo y junio
Corpus Christi ya viene...
Brilla La Villa.
Las hojarascas
resilientes parecen:
Las suculentas.
Vetustos están,
incansable transitar:
Son los caminos.
Perenne agonía.
La brisa envolvente,
llegó invierno.
Mayo y junio
Corpus Christi ya viene...
Brilla La Villa.
Las hojarascas
resilientes parecen:
Las suculentas.
Vetustos están,
incansable transitar:
Son los caminos.
Mágica bruma
embelese
la vida,
en el ocaso.
Pandemia
atroz,
más vidas
cegaste hoy;
veremos
luego.
Melancolía…
tortuoso
momento,
perdió
mirada.
Cárcel
lúgubre
entrañable
mirada,
perdió
morada.
Capullos
rojos,
la
natura ofrece
y
embellece.
Lágrimas
brotan,
ojos
mojados están;
murió
el cantar.
La paz
encierra
lo que
brinda la tierra,
para
la vida.
Vastos
macizos,
gigantes
monumentos;
un valle
frío.
Y de repente:
abren
sus alas al sur,
las
monarcas mías.
Cruzan
caminos…
por
las dunas calientes,
desasosiego.
Pedacito de tierra
que emergió para unir
de Norte a Sur
y así servir.
Comunicando a los pueblos
el terruño querido,
benefició a la humanidad
con altiva proeza,
siguiendo el camino
de gente sincera,
trabajadora y honesta.
Cumpliendo el destino
que parecía escrito,
de una verde tierra
y de aguas muy cristalinas.
La lucha incansable
que el pueblo seguía,
traducido en hogaño
de fervor por la conciencia.
Generaciones completas
dejaban el rastro
de una lucha sincera,
contra quiénes se oponían.
Emprendimos el filo
con tenacidad y fuerza,
poniendo la sangre
aunque la muerte significara.
El bastión de lucha,
con clamor a tierra
lo seguimos conjugando
con el amor por la cebadera.
Las cutarras, las polleras
y las comidas de la abuela,
con idiosincrasia férrea
trabajamos por la tierra.
Ese amor por la patria,
que siempre será infinito
porque a raíz del Grito
cuando suena una corneta
se anuncia la esencia
de la patria libre panameña.
Apacigua la melancolía del tortuoso momento
y del
peso por la distancia que la emergencia encierra.
Convirtió
nuestra morada en cárcel lúgubre y silenciosa
con dolor
entrañable por la ausencia de su espíritu
recordando
sus (los) pasos se perdió su mirada
en el
lejano infinito de un sueño profundo.
.
Madres
los evocan pensando que les responderán
el dolor
clavado en sus mentes anuncia las ausencias.
De
sueño profundo que la eternidad ofrece y desvanece
palpitando
sus almas, las mujeres sienten
el
incierto destino de soledad que aún con el tiempo
desesperadas
respiran en el ocaso de sus días.
Dolorosos
siguen siendo los momentos
que ni
el tiempo ni la distancia curarán su alma.
Las benditas
mujeres que luego de parirlos, los pierden
sin
explicación no entienden el golpe tenaz,
un enemigo
invisible, invasor y asesino
que
reina sin corona y que es un virus.
Gigante nevado, rodeado de macizos
dos
lagunas en su cráter y a sus pies un valle frío.
En lo
alto, sobre las nubes, el ambiente templado está
las flores
primaverales se dejan visitar.
Muchos
comensales que se posan sin parar
en el
edén de mis sueños que construí para disfrutar.
La
magia de los colores y el aroma que nos brinda
en un
mágico escenario entre bruma espesa y blanquecina
envuelve
los capullos rojos que a la vista embelesen
Pensamiento nublado
oscuro
e incierto
se
siente distinto
que ni
el cuerpo siento.
Que molesto
es llevar
la
prenda indeseada
cubre
la boca
y
ahoga el alma.
Uso
obligado
de
muchos colores
altera
sentidos
Como velos necesarios
irreconocibles
nos ven
parecen
máscaras de colores
y las
usamos por doquier.
Vida... Como figura literaria, un camino con versos maravillosos, que hace que cada ritmo y rima se crucen en nuestro andar. En el descono...