Podría decirte tantas cosas...
Podría escribirte mil y una más…
Sólo quiero encontrar los versos
que te hagan atiesar.
Puedo decirte cuanto te extraño,
puedo decirte cuanto lo sentí
la daga en mi pecho la clavaste
y así puedo contarte como te perdí…
El don de macho empobrecido
te lo ganaste por tu vileza
en el pasado opacaste: la estrella que eras.
Solo sé, que me haces falta...
que tu silencio es infinito y la distancia muy abarcadora
y un éxtasis hecho deseo, de dos cuerpos que el olvido: agobia…
Porque sienten mariposas y no saben controlar
liberas feromonas y pulula la ansiedad,
por no poder estar con fuerza y constancia
celebrando con aplausos lo que quieres realizar
a la sombra de un árbol, en la rivera del canal;
para seguir aprovechando la tenue luz q aún refleja
el ocaso húmedo que se pierde, entre lágrimas al viento
por las hojas caídas y marchitas, en la tarde que termina
y que guarda en su universo: un silencio sepulcral
porque no comprende, por qué el mismo se desvanecerá
por la infamia del pasado y la burla de un destino
que lleva un nombre errado de un placer que no termina
porque el mismo sobrepasa, lo que quieras pensar
la ventaja es que ellos, solitos, lo pueden imaginar…
A pesar de quien se oponga, nada podrán señalar
porque al borde del abismo todos podrán estar
a excepción de quienes se amen, aunque sea en silencio inmortal…
algún día, los amantes: lo podrán expresar.
sábado, 21 de noviembre de 2015
Amantes
De padre y madre santeños, nace en la ciudad de Panamá. Su infancia hasta los once años, la vivió en La Villa de Los Santos. Cursó estudios primarios en la Escuela Nicanor Villaláz, los secundarios en el Instituto Fermín Naudeau y los universitarios en la Universidad de Panamá, en donde obtuvo el grado de Licenciada en Relaciones Internacionales y en la Universidad Latina en donde obtuvo el título de Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas. Posee estudios de Maestría en Relaciones Internacionales con énfasis en Cooperación Internacional y Doctorado en Derechos Humanos. Colaboradora en periódicos en Panamá. Ha publicado artículos en revistas de interés y ha publicado cuentos y poemas. Su ejercicio profesional lo ha desempeñado en cargos tanto en el sector privado como en la administración pública, entre ellos ejerciendo como docente universitaria en la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá.
Tiempo 2
Zafio, ufano, torvo y tozudo
el tiempo se burla
ante las arrugas de la cara
de la moza que se mira
con matices en su cabellera
y el fulgor que aglutina,
el hado no marchita
la fortaleza hecha mujer
y el hálito que siente por la conquista…
La calima pesa con estupor
en las decisiones exquisitas: que toma,
a la espera estupefacta y ansiosa
de seguir consagrándose sin afán ni demora
al tiempo que sin darse cuenta, continúa…
Mujer con plausible entereza
poderoso es su espíritu
embelesa lo que toca
y lo hace con brío.
el tiempo se burla
ante las arrugas de la cara
de la moza que se mira
con matices en su cabellera
y el fulgor que aglutina,
el hado no marchita
la fortaleza hecha mujer
y el hálito que siente por la conquista…
La calima pesa con estupor
en las decisiones exquisitas: que toma,
a la espera estupefacta y ansiosa
de seguir consagrándose sin afán ni demora
al tiempo que sin darse cuenta, continúa…
Mujer con plausible entereza
poderoso es su espíritu
embelesa lo que toca
y lo hace con brío.
De padre y madre santeños, nace en la ciudad de Panamá. Su infancia hasta los once años, la vivió en La Villa de Los Santos. Cursó estudios primarios en la Escuela Nicanor Villaláz, los secundarios en el Instituto Fermín Naudeau y los universitarios en la Universidad de Panamá, en donde obtuvo el grado de Licenciada en Relaciones Internacionales y en la Universidad Latina en donde obtuvo el título de Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas. Posee estudios de Maestría en Relaciones Internacionales con énfasis en Cooperación Internacional y Doctorado en Derechos Humanos. Colaboradora en periódicos en Panamá. Ha publicado artículos en revistas de interés y ha publicado cuentos y poemas. Su ejercicio profesional lo ha desempeñado en cargos tanto en el sector privado como en la administración pública, entre ellos ejerciendo como docente universitaria en la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá.
El Tiempo
El tiempo…
Cada instante en el olvido
bajo la sombra del atardecer
esperaba… hasta acongojada
con nostálgicas palpitaciones
que se reflejaban en el rostro de mujer.
El tiempo, su mayor disgusto…
Porque esperar la impacientaba,
buscaba insatisfecha y no tan calmada
los desaires de grandeza de aquel tiempo que no cesaba
porque el esperar cada instante… dentro de cuatro paredes
en la oscura habitación que se encontraba
observando cómo la suave brisa
se colaba por la ventana y cómo la misma movía sin querer las persianas
que con tanta espera… aún la desesperaba.
Desesperada…
Quería dar un grito y no razonaba
porque sentía miedo de tanta espera
y la llamada no se daba…
mientras el mundo seguía su rumbo y ella sola se encontraba.
La llamada no llegaba y el hastío la incomodaba
a una mujer bella que a pesar de las canas
era deseada por muchos hombres pero eso a ella no le gustaba
porque sólo abonaba el cariño de un incauto macho
que a pesar de sus estudios, era un villano
porque se aprovechaba: de una princesa enamorada
que a pesar del tiempo, seguía un lastre
por el camino que ella trazaba…,
por eso no entiendo su disgusto, ante tanto karma
si debiese estar feliz y poder empezar
una vida nueva y sin tanta complejidad.
Cada instante en el olvido
bajo la sombra del atardecer
esperaba… hasta acongojada
con nostálgicas palpitaciones
que se reflejaban en el rostro de mujer.
El tiempo, su mayor disgusto…
Porque esperar la impacientaba,
buscaba insatisfecha y no tan calmada
los desaires de grandeza de aquel tiempo que no cesaba
porque el esperar cada instante… dentro de cuatro paredes
en la oscura habitación que se encontraba
observando cómo la suave brisa
se colaba por la ventana y cómo la misma movía sin querer las persianas
que con tanta espera… aún la desesperaba.
Desesperada…
Quería dar un grito y no razonaba
porque sentía miedo de tanta espera
y la llamada no se daba…
mientras el mundo seguía su rumbo y ella sola se encontraba.
La llamada no llegaba y el hastío la incomodaba
a una mujer bella que a pesar de las canas
era deseada por muchos hombres pero eso a ella no le gustaba
porque sólo abonaba el cariño de un incauto macho
que a pesar de sus estudios, era un villano
porque se aprovechaba: de una princesa enamorada
que a pesar del tiempo, seguía un lastre
por el camino que ella trazaba…,
por eso no entiendo su disgusto, ante tanto karma
si debiese estar feliz y poder empezar
una vida nueva y sin tanta complejidad.
De padre y madre santeños, nace en la ciudad de Panamá. Su infancia hasta los once años, la vivió en La Villa de Los Santos. Cursó estudios primarios en la Escuela Nicanor Villaláz, los secundarios en el Instituto Fermín Naudeau y los universitarios en la Universidad de Panamá, en donde obtuvo el grado de Licenciada en Relaciones Internacionales y en la Universidad Latina en donde obtuvo el título de Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas. Posee estudios de Maestría en Relaciones Internacionales con énfasis en Cooperación Internacional y Doctorado en Derechos Humanos. Colaboradora en periódicos en Panamá. Ha publicado artículos en revistas de interés y ha publicado cuentos y poemas. Su ejercicio profesional lo ha desempeñado en cargos tanto en el sector privado como en la administración pública, entre ellos ejerciendo como docente universitaria en la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá.
viernes, 1 de marzo de 2013
Carnaval Descubrimiento 2013
Carnaval Descubrimiento 2013
La Reina del Pacífico un
territorio bendecido por Dios, con una gama espectacular de culturas que a lo
largo de nuestra historiografía, han convergido en este eslabón de tierra que
ha unido grandes continentes. Según el
Dr. Richard Cooke del Instituto Smithsoniano de Investigaciones Tropicales, las
primeras evidencias de grupos humanos en Panamá se remontan aproximadamente a
unos 11,000 años atrás y en el continente americano hace más de 14 mil años.
En ocasiones he manifestado
mi desprecio –si le puedo llamar así- a quienes utilizan la palabra
descubrimiento para referirse a los hechos acontecidos a partir del año 1492
dirigidos por empresa española. Es que me causa más que desagrado, que en
este milenio, sigamos hablando de descubrimiento. Para muchos, descubrimiento es la observación novedosa u original de algún aspecto de la realidad,
normalmente un fenómeno natural; el hallazgo, encuentro o manifestación de lo
que estaba oculto y secreto o era desconocido.
Para las corrientes del
pensamiento historicista es la descripción de las primeras incursiones de gente
de una cultura en el ambiente geográfico y cultural de otra. En definitiva ni por antonomasia ni por metonimia podría a mi
juicio confundir un encuentro de culturas con un descubrimiento. La razón no me lo permite, cuando no existen
parámetros para medir culturas o
sociedades; porque lo que nos diferencia o lo que se puede comparar a una
con las otras, son los grados de
desarrollo.
El debate que se presenta
respecto a que si la llegada a América
por los europeos fue descubrimiento o encuentro es un tema que abarca una
discusión mucho más amplia y profunda, que en este espacio, sería muy difícil
sustentar, porque por siglos los europeos desconocieron nuestras sociedades
autóctonas. Pero sí me genera mucha
confusión, cómo los asesores y quienes promueven un carnaval en esta capital,
hayan permitido que los mismos se denominasen Descubrimiento 2013, en razón de
los 500 años del para mí mal llamado “descubrimiento del Mar del Sur”. ¿Es que no existía ya? O es que lo conocido
por nuestras culturas mesoamericanas hoy día lo seguimos callando, aún peor
aceptamos estar inmersos en una ignorancia histórico cultural. Por años, hemos preferido honrar a foráneos
que istmeños. Nuestra moneda, parques,
carnavales, le hace halago al caballero
del barril pero no a Anayansi o a su papá, por ejemplo. El español Balboa fue el primer europeo
que lo contempló, más no lo descubrió.
No me opongo al carnaval. Desde que tengo memoria he vivido en la
celebración del mismo. Recuerdo como si
fuera ayer, los días previos, como mi abuela con mucho afán nos terminaba de
confeccionar las polleras, reunía a los tamboreros y a las cantalantes para la
tuna de tambores. Soy de un pueblo en
donde la celebración del mismo es una de las expresiones festivas más
importantes y que genera entradas económicas a los comercios locales y a las
arcas municipales, y en donde lucir la pollera un domingo de carnaval es
extraordinario. En mi pueblo, los
lugareños miembros de la junta de carnaval
-de ambas calles- trabajan todo el año para poder lucir un carnaval de
altura. Con tan pocos recursos y mucho
esfuerzo, los realizan y logran captar a los pocos o a los muchos turistas que
nos visiten. Por años, se han
desarrollado carnavales sin ningún tipo de apoyo gubernamental. No obstante, me pregunto: Por qué las diferencias en patrocinar
–estatalmente- el carnaval de la capital vs el del interior del país? Y observo como se destina tanto dinero de
supuesta inversión para la celebración del mismo, en donde son pocos los
beneficiados desde un punto de vista económico, porque mientras los artistas
nacionales cobran bicoca el extranjero se lleva la mayor cantidad del mismo. Dineros que ayudarían muchísimo a la
educación, al capital semilla de microempresarios o para donarlo a los
diferentes asilos, orfanatos, comedores
infantiles o a promover las granjas auto sostenibles, etc.
Si se desea seguir
celebrando el carnaval en la ciudad capital, para los años venideros, debería
haber una junta de carnaval ajena al Estado y a los fondos públicos, que realice
el trabajo y genere los recursos necesarios de la misma forma como se da en el
interior del país.
De padre y madre santeños, nace en la ciudad de Panamá. Su infancia hasta los once años, la vivió en La Villa de Los Santos. Cursó estudios primarios en la Escuela Nicanor Villaláz, los secundarios en el Instituto Fermín Naudeau y los universitarios en la Universidad de Panamá, en donde obtuvo el grado de Licenciada en Relaciones Internacionales y en la Universidad Latina en donde obtuvo el título de Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas. Posee estudios de Maestría en Relaciones Internacionales con énfasis en Cooperación Internacional y Doctorado en Derechos Humanos. Colaboradora en periódicos en Panamá. Ha publicado artículos en revistas de interés y ha publicado cuentos y poemas. Su ejercicio profesional lo ha desempeñado en cargos tanto en el sector privado como en la administración pública, entre ellos ejerciendo como docente universitaria en la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá.
Sigo a la Espera
Sigo
a la Espera
Creyente del cambio de
actitud del ser humano -per se-, en que
seamos mucho más tolerantes, pacíficos,
sensibles, más receptivos, sinérgicos, que protejamos y valoremos nuestro
entorno, que ayudemos al prójimo, siendo más “humanos”; y menos déspotas y
egocentristas, es como vislumbro con mucho querer una sociedad. Tal vez para muchos –neoliberales, socialistas,
ultraderechistas; etc.; parezca un
discurso escueto, trillado y sin ningún enfoque, desde un punto de vista
ideológico-político. Es que importa poco este modelo o modelos, desarrollado por pocos y seguidos por muchos,
que en ocasiones nos han conducido a muchísimas sociedades al borde de la miseria
humana. De qué vale muchos preceptos
económicos, sociales y mucho menos político; si tenemos sociedades rancias y
podridas. De qué nos vale tener gran
crecimiento económico si aún hay personas que mueren de hambre o que no cuentan
con lo mínimo para una vida digna. De
qué vale que nos saquen de listas negras
si mi primo de Cambutal o el de Rascador o el de Canglón, etc. no les llega el
agua potable. Peor aún se sienten mis
primos, parientes, amigos y conocidos; cuando cuatros bellacos se burlan del
esfuerzo realizado por años.
Platicaba con unos
amigos de cómo nos encontramos
sumergidos en malos olores, basura y alimañas que proliferaron en la sociedad
del viejo y el nuevo milenio. La jaqueca causada en creer que con el nuevo
milenio el lumpen quedaría acorralado en las cloacas subterráneas o tal vez en
las catacumbas del olvido de los descerebrados; y de lo bello que podría llegar
a hacer, una sociedad ideal, pero no ese modelo idealista y trillado del pasado, sino un modelo de
vanguardia en donde logremos romper los
esquemas de lo que hasta la fecha se
viene suscitando. Pero sobre esto,
conversan muchos pero se hace muy poco.
Tal vez por el desinterés, otros por el miedo o quizás por proteger un
puesto laboral; o simplemente porque el panameño ha perdido el norte o
simplemente no sabe qué quiere y hacia dónde debemos dirigirnos.
Esa falta de norte dentro de
nuestra sociedad, ha servido para que personas inescrupulosas hayan llegado a
dirigir y/o gobernar las riendas de nuestro país, en donde la proliferación de
maleantes de cuello blanco se ha apoderado de la cosa pública. Lo que es peor, por años hemos dejado los destinos de
nuestras vidas en manos de partidos políticos tradicionales o no tradicionales,
que solo han pensado en cada momento político en la única y exclusiva manera de
llegar al poder y mantenerse a costa de lo que fuera o fuese necesario. No obstante, hasta estos colectivos se han
quedado cortos o se han retrasados en el surgimiento de verdaderos líderes y ni
hablar de verdaderos estadistas. La carencia
de ello, ha servido para que pocos se
aprovechen del desconocimiento y de la poca oferta de buenos prospectos ha dado
pie a que sean electos el mejor de los malos, sin importar la competencia,
capacidad y ni hablar de los valores, de la ética o de los patrones de
conductas que debemos tener como miembros de una sociedad. En otras palabras, hemos dejado
nuestro destino en manos de
inescrupulosos que lo que ha generado es zozobra, malestar y corrupción.
Llegué a la palabra odiada y
al mayor tabú de nuestros gobernantes –la corrupción--. Cuántos escándalos en los últimos años se han
dado. Cuántos escándalos han sacudido a
nuestra sociedad y pareciera que acá no sucede nada. Vemos a los corruptos como intocables, sin
embargo al que denuncia le abren
procesos, es cuestionado y aún peor, son sobreseídos. Más que en una sociedad del conocimiento,
nos encontramos en la sociedad de la corrupción, en un leseferismo (laissez
faire)
único que nos hace incluso retroceder bajo mi criterio al período monárquico en
donde el Estado soy yo y nadie más.
Este ha sido y es el mensaje que se envía, porque cuando se cometen
actos de corrupción de cualquier envergadura y no vemos investigación seria,
y nadie es responsable, que puede pensar
el común de los mortales. Si a esto le
sumamos el paternalismo que se desarrolla, repartiendo dádivas para captar
adherentes y/o votos en el futuro, estamos cimentando y alimentando más
sociedades en riesgo social. Los
proyectos sociales son buenos, bajo ninguna causa, razón o circunstancia los
pudiese cuestionar. Lo malo es la
manera como se desarrollan y cómo se canalizan los recursos. Lo que es mucho peor, la politiquería barata
que llevan a cabo y que juegan con las necesidades de los que menos tienen,
producto de un egoísmo vibrante en la repartición de partidas y/o dineros que
en los últimos tiempo han generado mucho más descontento y más corrupción.
Los que preconizan querer
ser candidatos a la presidencia y los que ya desde esta fecha se siente
president@ de esta nave, tienen grandes retos; pero sin temor a equivocarme no
tendrán los suficientes pantalones para cambiar el sistema y dar un giro de
360°. Esta sociedad está hambrienta por:
1.
ver a maleantes de cuello blanco tras las
rejas;
2.
por que cambie el sistema o la manera de
elegir a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia,
3.
por la forma de designar a los Fiscales y a
los Gobernadores,
4.
porque se respete la Carrera Judicial,
5.
porque haya una verdadera independencia en
los poderes del Estado,
6.
porque se abra causa criminal y reabran casos
que en ocasiones solo han servido de pan y circo para tapar escándalos de
corrupción mucho más graves;
7.
para que se escuche y se tome en cuenta a la
sociedad civil,
8.
para que nuestro país sea declarado PANAMÄ
VERDE en donde le pongamos fin a la minería metálica a cielo abierto,
9.
que no se vendan ni destruyan manglares,
10. por
arreciar las penas de quienes contaminen y dañen nuestro entorno,
11. para
que se respeten los bosques y los
parques nacionales;
12. para
que vuelvan a llamarnos Panamá la verde,
13. porque
realmente se gestionen y den modelos de desarrollo sostenible e integrales,
14. porque
se respete la cosmovisión de nuestras poblaciones autóctonas,
15. por
un verdadero desarrollo agropecuario, etc.
En campaña se han generado
una serie de promesas que al final del camino solo se han traducido en cantos
de sirenas. Sigo a la espera de una persona con principios, valores, ética,
con un gran sentido humano y natural; que surja de cualquier fila, ya sea
independiente o procedente de los partidos políticos; que tenga las agallas, el
compromiso por el país y el interés de generar un verdadero cambio estructural
en esta casa que es de todos y todas los panameñ@s.
De padre y madre santeños, nace en la ciudad de Panamá. Su infancia hasta los once años, la vivió en La Villa de Los Santos. Cursó estudios primarios en la Escuela Nicanor Villaláz, los secundarios en el Instituto Fermín Naudeau y los universitarios en la Universidad de Panamá, en donde obtuvo el grado de Licenciada en Relaciones Internacionales y en la Universidad Latina en donde obtuvo el título de Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas. Posee estudios de Maestría en Relaciones Internacionales con énfasis en Cooperación Internacional y Doctorado en Derechos Humanos. Colaboradora en periódicos en Panamá. Ha publicado artículos en revistas de interés y ha publicado cuentos y poemas. Su ejercicio profesional lo ha desempeñado en cargos tanto en el sector privado como en la administración pública, entre ellos ejerciendo como docente universitaria en la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá.
venicia chang: poemas
listado de algunos poemas. espero comentarios.
De padre y madre santeños, nace en la ciudad de Panamá. Su infancia hasta los once años, la vivió en La Villa de Los Santos. Cursó estudios primarios en la Escuela Nicanor Villaláz, los secundarios en el Instituto Fermín Naudeau y los universitarios en la Universidad de Panamá, en donde obtuvo el grado de Licenciada en Relaciones Internacionales y en la Universidad Latina en donde obtuvo el título de Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas. Posee estudios de Maestría en Relaciones Internacionales con énfasis en Cooperación Internacional y Doctorado en Derechos Humanos. Colaboradora en periódicos en Panamá. Ha publicado artículos en revistas de interés y ha publicado cuentos y poemas. Su ejercicio profesional lo ha desempeñado en cargos tanto en el sector privado como en la administración pública, entre ellos ejerciendo como docente universitaria en la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá.
miércoles, 14 de marzo de 2012
Poema: Lloraba
Mustia y cálida noche…
La silenciosa mujer aún lloraba
quería dar el grito
y el nudo en su garganta
no la dejaba.
La lluvia había cesado.
Luces en el cielo lo iluminaban,
parecía noche boreal
pero la mujer aún lloraba.
Reflejo de un alma atormentada
que no sabíamos cuál era su dolor
llorar era lo único que hacía
y seguíamos buscando una explicación.
Lloraba, lloraba y no paraba
paraba, lloraba y seguía llorando…
Lloraba, paraba y lloraba
y la explicación de su dolor
la seguimos esperando.
De padre y madre santeños, nace en la ciudad de Panamá. Su infancia hasta los once años, la vivió en La Villa de Los Santos. Cursó estudios primarios en la Escuela Nicanor Villaláz, los secundarios en el Instituto Fermín Naudeau y los universitarios en la Universidad de Panamá, en donde obtuvo el grado de Licenciada en Relaciones Internacionales y en la Universidad Latina en donde obtuvo el título de Licenciada en Derecho y Ciencias Políticas. Posee estudios de Maestría en Relaciones Internacionales con énfasis en Cooperación Internacional y Doctorado en Derechos Humanos. Colaboradora en periódicos en Panamá. Ha publicado artículos en revistas de interés y ha publicado cuentos y poemas. Su ejercicio profesional lo ha desempeñado en cargos tanto en el sector privado como en la administración pública, entre ellos ejerciendo como docente universitaria en la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá.
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