lunes, 19 de agosto de 2019

Día del Diplomático Panameño


Cada 20 de agosto se conmemora en Panamá,´ el día del Diplomático Panameño y el del Relacionista Internacional en honor al gran ilustre estadista, escritor y diplomático Dr. Ricardo J. Alfaro.
Tal vez para algunos desconocidos, el Dr. Ricardo J. Alfaro se le considera el padre de la diplomacia panameña. Ciudadano ejemplar que, a lo largo de su vida, se desempeñó en la función pública del Estado sirviendo como Cónsul General en Barcelona, España (1908); Consejero Jurídico de la Legación de Panamá en Washington, Estados Unidos de América (1912); Enviado Extraordinario de Panamá en Washington, Estados Unidos de América (1922-1930); Presidente de la República de Panamá (1931 y luego del golpe de Acción Comunal en 1932); Ministro Plenipotenciario de Panamá en Estados Unidos de América (1933-1936); Ministro de Relaciones Exteriores de Panamá (1945).
Sus aportes en la lucha por la soberanía panameña quedaron sentados para la historia en las diversas mesas de negociaciones en donde participó, la que culminaría en 1926 con el Tratado Alfaro-Kellogs y en 1936, con el Tratado de Amistad y Cooperación, mejor conocido como el Tratado Arias-Roosevelt. Para el año de 1947, siendo canciller, decide renunciar porque consideraba lesivo extender un convenio de bases militares (Tratado Filós-Hines).
Sus aportes no solo se dieron a nivel nacional. El Dr. Alfaro se caracterizó por creer en la defensa de los derechos humanos. Como internacionalista realizó grandes aportes en la redacción de la Carta de las Naciones Unidas (creada en octubre de 1945), formó parte de la Comisión de Derecho Internacional que fue la que tuvo el trabajo de redactar la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Condecorado por sus aportes fue elegido para formar parte de la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, Países Bajos (1958), y llegó a ocupar el cargo de Vicepresidente de esta instancia judicial (1964). No cabe la menor duda de los grandes aportes realizados por el Dr. Alfaro y el gran legado dejado en materia de la lucha por los derechos humanos. 
Desde la fundación de la Universidad de Panamá (1935), siempre ha sido y ha servido como escenario propicio para el desarrollo de nuestro país (y sigue sirviendo hoy día), cuando, en el año 1951, por gestiones del Dr. Ernesto Castillero Pimentel se funda la Escuela de Relaciones Internacionales consolidándose así como la formadora de funcionarios de la Carrera Diplomática.
Este año, celebramos la conmemoración del Día del Diplomático en el marco de un recién instalado gobierno y en donde muchos profesionales siguen esperando la oportunidad de poder trabajar en el área en la cual se formaron. En los últimos años se dio la mayor apertura para profesionales de las relaciones internacionales, realizando concursos públicos de ingreso y logrando ampliar el número de diplomáticos de carrera a 130 en la actualidad. No obstante, a pesar de los años transcurridos, de existir muchos profesionales preparados, sigue siendo el servicio exterior, el botín político de los gobiernos que asumen el poder.
Queda seguir exigiendo que nuestro servicio diplomático y consular se fortalezca con más profesionales idóneos para que cubran las posiciones tanto del servicio exterior como de la Cancillería y una ley de idoneidad que le garantice a los profesionales de las relaciones internacionales el pase directo a la Carrera Diplomática.

viernes, 16 de agosto de 2019

Recorte presupuestario a la Universidad de Panamá

https://launiversidad.up.ac.pa/node/1068


Los invitamos a conocer a la Universidad de Panamá, una institución pública, con autonomía consagrada en la Constitución de la República y que, desde su creación en 1935 como la Universidad Estatal del pueblo panameño, ha estado al servicio de la nación.
En 84 años de existencia, la Universidad de Panamá ha aportado al mercado laboral del país, aproximandamente, a 245,343 profesionales en distintas áreas del conocimiento, los cuales han contribuido al desarrollo científico, cultural, académico, político, económico y social del país. La Universidad de Panamá, ha sido, y seguirá siendo, el pensamiento crítico de la Nación, y el espacio donde el pueblo panameño puede debatir ideas y temas de interés nacional.
Cuenta con 309 carreras, 169 pregrados, 140 postgrados, 19 facultades, 71,371 estudiantes matriculados y 4,700 docentes; distribuidos en los 10 Centros Regionales Universitarios (Azuero, Bocas del Toro, Coclé, Colón, Darién, Los Santos, Panamá Este, Panamá Oeste, San Miguelito y Veraguas), 5 Extensiones Universitarias (Aguadulce, Arraiján, Ocú, Soná y Tortí) y 27 Programas Anexos Universitarios.
Brinda servicios a la comunidad universitaria (a través de las clínicas médicas, odontológicas y veterinarias; servicios de guardería y preescolar, cafetería a estudiantes, en donde se sigue sirviendo un menú por 0.50 centavos, etc.) y desarrollamos programas de extensión (entiéndase como la forma de crear canales de comunicación entre la universidad y la comunidad, entre la comunidad y su entorno) que integra folklore, artes visuales, música, teatro, literatura (Grupo de Cine Experimental promueve arte cinematográfico; Universidad del Trabajo y de la Tercera Edad con sedes en Azuero, Bocas del Toro, Coclé, Colón y Darién, mantiene compromiso con personas de la tercera edad con el objeto de capacitarlas para que pueda generar soluciones a sus problemas; el Centro de Políticas Públicas y Transparencia como programa de formación que incide en la transformación de profesionales en el manejo de la gobernanza pública; la Ciudad del Árbol un espacio cerca del área canalera en donde se desarrollan programas de reforestación, investigación y se desarrollan capacidades.). Proyectos de investigación en distintas áreas del conocimiento, así como también, la asistencia a la población que menos tiene a través de los Consultorios Jurídicos que funcionan a nivel nacional, y que atienden a un número considerable de ciudadanos panameños que no tienen los recursos económicos para sufragar los costos de un proceso legal.
La existencia de los tres Panamá (la ciudad capital, el interior del país y las comarcas), cada uno con sus propias características, con muchísimas desigualdades y carencias, con pocos o ningún tipo de servicios brindados por el Estado, hizo que esta casa de estudios se comprometiera a llegar a aquellas zonas olvidadas, con el único interés y objetivo de educar, para poder contribuir a que los olvidados por generaciones, empezaran a generar riquezas y, de esa manera, muchas familias pudieran salir del círculo de la pobreza. La casa de Méndez Pereira, apostó por educar a ese ciudadano que no podía salir de su entorno llevando la universidad a él. Ese ha sido unos de los compromisos de esta Universidad, con el desarrollo académico, con la investigación y con la creación de profesionales idóneos, en un escenario de exigencias laborales y de altas competencias.
La Resolución de Gabinete Nº 65 de 25 de julio pasado y publicada el 26 de julio, en Gaceta Oficial Nº 28,826, aprobó medidas de contención del gasto público (recortes presupuestarios) para la vigencia fiscal 2019, afectando, de manera directa, la educación pública del país (recortes por la suma de 116 millones de dólares) y al sector salud (recortes por la suma de 413.3 millones de dólares), so pretexto del programa de Austeridad con eficacia del gobierno de Laurentino Cortizo. A la UP se le recortan 14.1 millones de dólares del presupuesto asignado.
Somos conscientes que hay que cumplir con la Ley de Responsabilidad Social Fiscal y que, según las cifras que ustedes le han manifestado al pueblo, es que la situación de déficit, sobrepasa al límite permitido. No obstante, los universitarios no somos responsables de los malos manejos de las finanzas públicas y exigimos que las autoridades entiendan que, cuando recortan el presupuesto a la educación pública, se paraliza el desarrollo nacional. Este recorte al presupuesto universitario, nos coloca en crisis porque nos afecta de forma directa en la compra de bienes y servicios (insumos, materiales, equipos, mantenimientos, reparaciones, etc.), en la formación de profesionales, en los servicios que ofrecemos (salud, cafetería, extensión, etc.), operaciones necesarias para el funcionamiento de la Universidad y en pro de nuestros estudiantes y, de esa manera, seguir cumpliendo con el mandato constitucional de ser una institución pública y de formar profesionales.
Resulta inadmisible que se recorte a la UP afectando a muchos estudiantes, cuando hay otras entidades e instituciones del Estado que seguirán teniendo gastos superfluos como son los alquileres de vehículos de lujo, servicios de banquetes (boquitas), gastos en planillas (que todos sabemos cuál ha sido la dinámica de las mismas en los últimos años), la propaganda y publicidad estatal, las propias partidas discrecionales, las consultorías, los altos alquileres, los gastos de celulares, los viajes, etc. y la pregunta que nos seguimos haciendo es ¿por qué contener el gasto en educación (universidades públicas), si ha sido el Ejecutivo quien, en los últimos 15 años (3 gobiernos), no han manejado adecuadamente el presupuesto estatal, y han endeudado al país.
Le decimos a este gobierno que, en vez de recortar el derecho de los estudiantes a la educación pública, deberían encomiar esfuerzos y buscar la manera de recuperar los más de 1000 millones de dólares en sobrecostos de las obras que se han ejecutado y que han sido las que han ocasionado los déficits fiscales; además de eliminar las partidas (planilla de B/.20,000 mensuales) de los diputados para lo que queda de la vigencia fiscal 2019.
Conscientes estamos que el dinero no es polvo de hadas y que nosotros, los universitarios, no somos ni ninfas ni elfos. Recuerde señor Presidente, que la educación pública fue prioridad durante su campaña y que debe demostrarlo con hechos y no con palabras.

viernes, 2 de agosto de 2019

Recordando a Sadako




Corría como nunca y con mucha fuerza. Emprendía cada mañana la carrera en la pista de atletismo, con la aspiración de mejorar su tiempo, de ganar, y poder pertenecer al equipo de su colegio. Niños soñadores e inocentes les ha tocado vivir y pagar, un drama que no fue su elección, la guerra.

Marie Curie, pionera en el campo de la radioactividad, inventora de los Rayos X, jamás pensó, que sus investigaciones, que le merecieron dos Premios Nobeles, serían utilizados para aniquilar y destruir.

Tras la Primera Guerra Mundial (1918), el escenario para Japón se caracterizó porque, en 1922, el Tratado Naval de Washington, le limitó el número de barcos que podía tener, consolidándose así las supremacías navales estadounidense y británica; la ocupación de potencias europeas en Indochina (zona de influencia japonesa bajo control francés), dieron lugar, para que aumentase sentimientos en contra, respecto a cómo, se planteaba el sistema internacional. Ejecutaban una política de expansión, invadiendo China (en 1937); y, una vez iniciada la Segunda Guerra Mundial (1 de septiembre de 1939), firmaría el Pacto Tripartito (en 1940) con Alemania e Italia (Fuerzas del Eje), convirtiéndose el Pacífico Asiático, en el escenario de la guerra. En 1941, Japón invade Indochina, lo que provocó, que el gobierno estadounidense, le impusiera sanciones económicas, embargos comerciales y restricciones para el consumo del petróleo, medida replicada por Gran Bretaña y el Reino de los Países Bajos. Ante estas circunstancias, el 5 de noviembre de 1941, Japón le declaró la guerra a los Estados Unidos de América y le impuso término para que cesara el embargo petrolero (finales de noviembre de 1941). Ante la negativa estadounidense, el 7 de diciembre de 1941, Japón, lanzó ataque aéreo masivo contra Pearl Harbor (Hawái), lo que provocó que el 8 de diciembre, de 1941, los Estados Unidos de América, le declarara la guerra. Para esta fecha, ya el presidente Franklin Roosevelt, había autorizado el proyecto secreto Manhathan Engineering District (Proyecto Manhathan), en el cual se diseñaron y fabricaron las bombas atómicas (Littler Boy y Fat Man).
 
El 6 de agosto de 1945 (Alemania ya se había rendido), se autorizó el ataque nuclear contra Japón. La Littler Boy (uranio 235), fue lanzada sobre Hiroshima, siendo el primer ataque de este tipo, que provocó la muerte de más de 166,000 personas, debido al envenenamiento por radiación y luego producto de enfermedades como leucemia y variados tipos de cáncer. Días después, el 9 de agosto, la Fat Man caería sobre Nagasaki, y provocaría más de 80,000 muertes. El 15 de agosto de 1945, Japón se rindió, ante los aliados.

Diez años después del ataque a Hiroshima, Sadako, con 12 años, quería seguir corriendo, pero enfermaba. Su esfuerzo e ímpetu por recuperar su salud, por el deseo de que terminara la guerra y poder vivir en paz, cada día, lo dejó plasmado en cada grulla de origami que, con tanto anhelo, realizó. Sigamos confeccionando miles y miles de grullas de origami para que, parte del deseo de Sadako, se siga cumpliendo.

Entrada destacada

Vida...

Vida... Como figura literaria, un camino con versos maravillosos, que hace que cada ritmo y rima se crucen en nuestro andar. En el descono...